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COÑO DEL MUNDO


“No, así no. Una tierra baldía, pelado yermo. Lago volcánico, el mar muerto: nada de peces, sin algas, hundido en lo profundo de la tierra. Sin viento que levante esas olas, metal gris, venenosas aguas neblinosas. Azufre llamaban a lo que llovía: las ciudades de la llanura: Sodoma, Gomorra, Edom. Nombres muertos todos. Un mar muerto en una tierra muerta, gris y vieja. Vieja ahora. Parió a la más vieja raza, la primera. Una bruja encorvada cruzó desde Cassidy, agarrando por el cuello una botella de una pinta. La gente más vieja. Se fue errante muy lejos por toda la tierra, de cautiverio en cautiverio, multiplicándose, muriendo, naciendo en todas partes. Ahora yacía ahí. Ahora ya no podía parir más. Muerto: el hundido coño gris del mundo”.

James Joyce, Ulises

Una inusual historia de amor ha surgido en la Casa del Terror. Un fulano que trabaja allí de fantasma convive desde hace días con una robot vampiresa. Él dice que no le importa el hecho de que ella no esté viva. Ni siquiera sus torpes movimientos articulados han sido un obstáculo para el amante fantasma. “La quiero –ha confesado-, bajo la sábana, todo me da igual”.

ILUSTRACIONES

















Ilustraciones de Vanesa Domingo Montón que pueden encontrarse en 101 coños.
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Cuando hace meses leí que Àlex Rigola se disponía a llevar a escena la inmensa –por extensión y calidad– novela póstuma de Roberto Bolaño, 2666, pensé que aquello era imposible: demasiadas historias, demasiados detalles, demasiado todo. Una locura, en fin –se trataría de una adaptación muy libre, claro: más que una adaptación, una obra independiente inspirada en el libro, me dije. Pero Rigola y Pablo Ley no sólo han respetado la novela con una rigurosidad que, desde mi admiración por Bolaño, agradecí en el alma, sino que además lo han hecho con una maestría que me dejó en un estado de agitación del que todavía no salgo. La vi anoche, en el Matadero de Madrid: cinco horas de función que transcurren como un soplo, con momentos que literalmente cortan la respiración. La magnífica puesta en escena se sirve de lo literario, como no podía ser de otra forma: se han respetado las cinco partes de las que se compone la novela, y el lenguaje también se ha mantenido en la medida de lo posible, un gran acierto. En cuanto a las actuaciones, impecables. Magnífico Joan Carreras (en la foto) en el papel del esquivo escritor Benno von Archimboldi, el hilo que conecta las cinco partes del libro y de la obra, y Andreu Benito en la parte de Amalfitano, por no hablar de los demás actores. En fin, no sigo porque me emociono. La obra se presenta en Madrid hasta el 2 de marzo. Absolutamente indispensable.

Rubén Verde Florindez quería ser mi amigo, pero, por algunas razones, no podía ser. Muy pronto me di cuenta que nuestra relación era un error. Nunca se lo dije abiertamente, solamente dejé que la cosa se enfriase, marqué distancias en el espacio y en el tiempo, hasta que su presencia inquietante se desvaneció.
Era un joven de profundísimas cogitaciones y espantosa irritabilidad. Por suerte provenía de una familia adinerada, de lo contrario nunca hubiese podido dar dos pasos solo en esta la vida. No sé qué ha sido de él, pero presumo que habrá terminado mal.
Aquella tarde, de hace casi veinte años, nos habíamos encontrado en un parque, donde le vi en un banco, leyendo un grueso volumen. Se trataba de la obra Borges de Bioy Casares, un amplio diario de muchos años que cifraba la relación entre los dos escritores. Yo la había comprado recientemente, pero aún no había tenido ocasión de comenzar a leerla.
Hablamos un poco del libro, me dio sus impresiones, y echamos un pitillo.
Con aire divertido, lo abrió por una página y me leyó:
-Escucha esto: “Borges contó el caso del comisario Bertoni. Se decía que hombres como el comisario Bertoni se habían acabado, que ya no habría más funcionarios con ese sentido del deber, de la justicia y de la responsabilidad. Una anécdota ilustraba estas prendas del comisario. Junto a la comisaría había un baldío y allá pastaba una potranca a la que le había echado el ojo un muchachito del barrio, un mozo pierna. Una madrugada, en la seguridad de que no habría nadie, el mozo se le acercó sigilosamente, la volteó y se la cogió. Bertoni, que no era sonso y estaba en todo, había maliciado las intenciones del joven vecino y esa mañana había madrugado más de lo habitual. Desde el alero de la comisaría, donde mateaba, vigilaba al potrerito. En el momento oportuno se apareció en el lugar del hecho y sorprendió al mozo. Con aquel sentido del deber y de la responsabilidad que ya no volverá a verse, le dijo al mozo: “”Bajate los pantalones” y ahí no más le rompió el culo. Borges recordó riendo que también en la Biblia se dice que hay que matar con la misma arma a la persona y al animal”.
[1]
Cerró el libro ceremoniosamente y me miró fijamente con sus ojos muy azules, de aguas contenidas.
-¡Qué lástima! –suspiró- Ya no quedan comisarios como Bertoni.
Hombre, yo le habría hablado de Nuño González, comisario jubilado, al que llamábamos de chirigota “El general” a cuenta de su aire marcial y de su testa prolífica en disparates, pero lo dejé estar, porque al susodicho últimamente no se le veía y un vecino me dijo que andaba verdaderamente mal de los nervios.
-¡Qué envidia! ¡Que envidia! -rezongaba el bribón.


[1] Levítico 20: 15-16

RULFO Y BORGES







Rulfo y Borges. La inmortalidad y otras fatigas
Jorge Luis Borges visitó la ciudad de México en 1973. Amable, accedió a todos los "impiadosos compromisos" que, según sus palabras,"confundían a un modesto autor con un pésimo actor". A su llegada al país, el escritor argentino "pidió un favor" a sus anfitriones. Quería hablar con Juan Rulfo. Le sugirieron entonces un desayuno. "Pido clemencia -respondió-. Prefiero los atardeceres. Las mañanas me derrotan. Ya no tengo el brío ni las fuerzas para entregar al día lo que se merece. Hoy el crepúsculo me sienta mejor. Sólo quiero conversar con mi amigo Rulfo".
Reproducimos la conversación sin reclamo alguno de precisión. Las fuentes son demasiado vagas para permitirlo:
RULFO: Maestro, soy yo, Rulfo. Que bueno que ya llegó. Usted sabe como lo estimamos y lo admiramos.
BORGES: Finalmente, Rulfo. Ya no puedo ver a un país, pero lo puedo escuchar. Y escucho tanta amabilidad. Ya había olvidado la verdadera dimensión de esta gran costumbre. Pero no me llame Borges y menos "maestro", dígame Jorge Luis.
RULFO: Que amable. Usted dígame entonces Juan.
BORGES: Le voy a ser sincero. Me gusta más Juan que Jorge Luis, con sus cuatro letras tan breves y tan definitivas. La brevedad ha sido siempre una de mis predilecciones.
RULFO: No, eso sí que no. Juan, cualquiera, pero Jorge Luis, sólo Borges.
BORGES: Usted tan atento como siempre. Dígame, ¿cómo ha estado últimamente?
RULFO: ¿Yo? Pues muriéndome, muriéndome por ahí.
BORGES: Entonces no le ha ido tan mal.RULFO: ¿Cómo así?
BORGES: Imagínese, don Juan, lo desdichado que seríamos si fuéramos inmortales.
RULFO: Sí, verdad. Después anda uno por ahí muerto haciendo como si estuviera uno vivo.
BORGES: Le voy a confesar un secreto. Mi abuelo, el general, decía que no se llamaba Borges, que su nombre verdadero era otro, secreto. Sospecho que se llamaba Pedro Páramo. Yo entonces soy una reedición de lo que usted escribió sobre los de Comala.
RULFO: Así ya me puedo morir en serio.
Fuente : Borges y Rulfo, "La inmortalidad y otras fatigas", Fractal n° 1, abril-junio, 1996, año 1, volumen I, pp. 159-160.

"ME CUENTA (BORGES A BIOY) que Faulkner, en un artículo, dijo que la mejor ocupación para un escritor era la de regente de un prostíbulo: se puede trabajar todo el día, de noche hay ocupaciones (o entretenimientos) y las obligaciones son precisas (1). BORGES: "Está bien Faulkner escribiendo eso". BIOY: "Sí, sobre todo si uno recuerda que un escritor no es nada, si no es una conciencia".
Recuerda que en un pueblo de Entre Ríos, cuando pasaba algo, iban a buscar al comisario al quilombo".

(1) Entrevista de Jean Stein en The Paris Review (New York), 1956 (In: COWLEY, Malcom (ed.), Writers at work (1958)).

De BORGES, Adolfo Bioy Casares, Ediciones Destino, Barcelona, 2006

Los personajes de Roberto Arlt, antihéroes trágicos, muestran el lado más amargo del ser humano, concretado en personajes solitarios y orillados, que sufren e intentan rebelarse contra la carga amarga de la existencia, como es el caso del protagonista de El juguete rabioso, Silvio Astier, un granuja adolescente que sueña con ser un gran bandido como Rocambole y un poeta como Baudelaire, para poder huir de la miseria de los barrios más bajos de Buenos Aires.
Esta es la primera novela de Arlt, uno de los máximos creadores de la novela argentina contemporánea, historia iniciática en la que, con su sorprendente estilo expresionista y giros originales, se patentizan las obsesiones del autor, surgidas de ese lado oscuro de la existencia, que sangra con la sordidez de las vidas más desafortunadas.

Salvador Alario Bataller

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OBRA PUBLICADA A)CIENTÍFICA: 8 libros de Psicoterapia y Sexología (editorial Promolibro, valencia). 36 artículos especializados en diversas revistas (redactor de Cuadernos de Medicina Psicosomática y Psiquiatría de Enlace, www.editorialmedica.com, y los artículos y otros textos se relacionan en la web). B)NARRATIVA: “La conciencia de la bestia”, edición privada, finalista (de los 15 finalistas) del Premio Planeta de Novela de 1997. “La ciudad desvanecida”, relato seleccionado por concurso de la revista Escribir y Publicar en su editorial Grafein Ediciones, Colección Escritura Creativa, integrante del volumen de cuentos ASI ESCRIBO MI CIUDAD (2001). “Descensus ad Inferos”, lo mismo que antes, pero este cuento pertenece al libro de cuentos “32 MANERAS DE ESCRIBIR UN VIAJE” , Grafein Ediciones (2002). “Maltidos. La Biblioteca olvidada”, Iván Humanes Bespín y Salvador Alario Bataller, Grafein Ediciones, Barcelona, (2.006). "101 coños, Ilustraciones y breves" (2008), Carlos Maza Serneguet, Salvador Alario Bataller e Iván Humanes Bespín. Ilustraciones de Vanesa Domingo Montón, Grafein Ediciones, Barcelona. "Antología Iberoamericana de MIcrorelatos" (2008),coautor, Ediciones Lord Byron, Madrid (en prensa) La acre lácrima (2006), novela, en http://www.lulu.com/alario7 Un estudio crítico del Necronomicón Apócrifo (2006), ensayo, en http://www.lulu.com/alario7 Las aventuras carpatianas del profesor Exhorbitus (2006), novela, autoedición, en http://www.lulu.com/alario7 Astrum Argentum . La vara del mago (biografía novelada de Aleister Crowley) (2006), novela, en www.lulu.com, en http://www.lulu.com/alario7 El murciélago monstruoso (2006), novela, en http://www.lulu.com/alario7 Nunca volví de cuba (2007), novela, en www.lulu.com, http://www.lulu.com/alario7 Cuentos en www.narrativas.com: Espejos (2007), Los pequeños (2007). La angustia última (2008). Lo que trajo la noche (2008). OBRA INÉDITA: Las nocturnidades de don Arturo del Grial, (2002), novela. Los ojos del moro (2003), novela. El doctor amor y las mujeres (2006), novela. La trama sináptica (2007), novela. Historias de amor, muerte y trascendencia (2007), novelas (dos novelas breves relacionadas). Los estados intestinales (2007), novela. Cuando cazaba pelos (2008), novela breve Cuentos completos (1999-2008) Blogs: http://clinica-psicomedica.iespana.es http://alario1.blogspot.com http://undostrescuentos.blogspot.com http://undostrescuentos2.blogspot.com http://elloboylaluna.blogspot.com http://lasnocturnidades.blogspot.com http://nohaymentesincerebro.blogspot.com
 

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